En el umbral de un foso nuevo Scarlett Lugo, M. A.

 

En el umbral de un foso nuevo
Scarlett Lugo, M. A.

  Es interesante vivir el discurrir de los días. Cientos de humanos desearían no ser tan optimistas; miles, ya han elegido lo peor. Ser capaces de hacer vida resiliente o reticente, es solo una decisión. Como gota de agua sobre piedra, se dice que lo mucho no sería fácil. Jesús, Erickson, Freud, entre otros, a esto ya dieron respuesta. Maslow, no es la excepción, fijando varios peldaños, trascender sería el más alto. Desde todos los roles impuestos por una sociedad cambiante ¿A cuántos de ellos con trascendencia has vestido? Miremos justos: ¿Cuánto te ha costado ese que has superpuesto? ¿Ha sido a costa de lo que realmente importa? o ¿Acaso es tu urgencia primero? ¿Qué tanto te has detenido a mirar desde varias perspectivas? … Hoy te cambiaré el refrán: Dime tus prioridades y te enrostrarán las faltas; el tiempo te cobrará lo que no tienes con qué pagar. ¿Qué tan definido estás como para saber que a umbrales y fosos hemos sido encaminados? ¿Has pensado en el que ahora estás?

 Fosos y umbrales son incontables. Cada ser humano es una historia distinta a la que los de la ciencia han querido encasillar a través de sus teorías. No les resto el mérito debido, más, si atento contra la valía de quien pudiendo vivir, prefiere morir apegado a sus pensamientos -derrotistas y funestos- que sólo permanecen en su interior por haber creído en mucho, validándolo todo, por darle favor a lo que lo bueno le aconseja. Un ego perverso que, en reiteradas veces solo le quita, más que dar. Solo le resta más que sumar.

 Ciertamente, no todos los capítulos que escribes de ti serán buenos. Eso no es determinante para dejar de disfrutar los halagüeños. Ni Dios ni el diablo serán completamente culpables de lo que guardas hasta enfermar y de lo que liberas para sanar. ¿Por qué dejar de apreciar primero lo que regala vivacidad? Ciertamente, tú eres responsable de lo que tus lóbulos frontales han determinado hacer. Todo lo demás son sólo consecuencias. ¿Cuántas veces antes de señalar a alguno, te has buscado a ti? ¿Cuántas veces desde la honestidad a ti debida, has desnudado tu yo y le has pedido perdón a cada uno de tus pliegues? ¿Cuántas veces has comprendido que tus umbrales, y nuevos fosos serán tan placenteros o desdeñables según tu propio elegir? Revisa lo bien que piensas, y entenderás lo que padeces. Completa las tareas pesadas, dejando con ello de languidecer. Que el creer no sea tu enemigo, y nombra lo que te consume el alma. Bien puedo decir que es miedo, no sólo ansiedad se llama. Así lo enseño Adán. Si aprendiste a caminar desde el dolor, y desde ahí has dado forma a tus días, has hecho del mismo tu señor. Tienes derecho y tiempo para desafiarte con fervor.