Méndigo titiritero Scarlett Lugo, M. A,

 
Méndigo titiritero
Scarlett Lugo, M. A,
 

Y mientras alguien leía la historia de un mendigo titiritero, la pasión le consumía viviéndolo por sí mismo, y disfrutando su lectura, asteriscos le ponía.

 *Así es nuestro hoy… leía: -Cintilante cual estrella desposeída de fulgor, con esperanzas, y sin la vida anhelada; con todos los motivos para poder bien vivir, y a la luz de los ojos del amor, escogiendo la nada. Así es nuestro hoy, por su lado, cual túnel sin luces, propio de su elección y por su otro lado que le sería propio, cual árbol brillante con tres bombillos principales. Si, así es nuestro hoy, prefiriendo darlo todo por valores desvirtuados y equívocas prioridades, dejando de lado lo que promete vida, lo que es digno de mirar disfrutando, cual ensayo longitudinal, por preferir pérfidas y egoístas ausencias que el mañana no repara, teniendo todo el poder de recuperar el alma.

¿Por qué te aferras a vivir muriendo, querido titiritero? Si lo que proporciona vida después de Dios es lo que del amor nace. ¿Por qué te aferras a creer que nada es cierto? ¿Acaso no sabes respetar los linderos de tus pastos, los límites de tus senderos? 

Los hilos con los que a veces te deleitas, de tu regazo surgieron, diez partido trece en fechas ciertas, cual medidas lógico-perfectas, y hoy eres un méndigo que titiriteando se encuentra por no saber manejar su propia marioneta, olvidando por demás, que sobre el alto vigila uno más alto, y el más alto está sobre ellos. Si; no se conoce la otra parte de la historia, aquella que ni en sueño cuentas, y que tal vez, sea tu defena. Más, tus escogencias latentes frente a ti parpadean. La vida sabe jugar, y dicen que da sorpresas, un gélido escepticismo puede rodear el dicho. Del todo, mucho es consecuencias de lo que una vez elegimos.

 Así es nuestro hoy, distantes de nosotros mismos y olvidadizos de nuestro reflejo, pues a la mañana lo vemos, y a lo poco, no sabemos. Olvidadizos de lo que a nuestra voluntad, ahora no queremos cuando en un ayer muy fresco era vuestro desenfreno. ¡Oh, cuántas veces marioneta tus hilos puedo mover, sin dejar de parecer que quien debe manejar, lo maneja la mendicidad! 

¡Oh divino querer! Ven quiéreme que te quiero. Que hoy mendigues sin saberlo, es solo un reflejo devuelto, querido titiritero... 

Con amor, sólo un humilde lector*

Comentarios

  1. Aleandra Maribel Pérez25 de marzo de 2025, 10:33 a.m.

    Excelente mi querida

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  2. Muchos saben pero pocos enfrentamos el vivir ser uno mismo. Gracias por compartir tu pensar y plasmarlos en párrafos, se que tú divina poesía viene del divino....

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  3. Quitando lo espiritual... podría decir que hablamos de alguien que tiene un master en tomar malas decisiones, decisiones que cada vez... lo hunden más y más, incapaz [cada nueva vez] de tomar una que sea buena... con cada mala lol. Algo muy triste.

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