El secreto
más fácil…
Scarlett
Lugo, M. A.
La espada siempre está enarbolada, es el
gobierno del miedo, es que ella ya no se baja. No hay banderas blancas, la paz
poco se aclama. Lo que se entendía con valor, joyas en bruto y forjadas, en el
ahora un sinsentido son. Los pensamientos preconcebidos nos eximen de generar
sonrisas…Estamos en el momento en que lo que antes se llamaba bueno y lo era, hoy resulta malo y lo es. Jesús lo dijo en tiempo
alguno.
Elegir hoy con quien me saciaré es como cambiar
de atuendo; pararse frente al closet ¿qué me quiero poner? Decir que te quiero
a mi lado hoy es un insulto, pretender hacerte sentir bien mirando tu sonrojo es
inadecuado, conversar para llegar a acuerdos es un problema algebraico. Parecería
que no hay sensibilidad, parecería que no hay emociones o sentimientos porque
el ahora me restringe de pensar bien en lo que pienso. El ir donde estás, y con
ello decir mucho es una afrenta que genera esterilidad. Apelar a lo romantico está obsoleto
y resulta más fácil decir, ven tengamos sexo. Es perorata hablar de amor, intercambio barato ofrecer un beso, mucho
más creer en lo bello, mencionarlo con respeto y sentirlo con dignidad. Es perorata,
pedir perdón, disculpas, decir lo siento, es perorata la compasión. Es una vulgar ironía ver como se cambia de
vida, tan vano y tan a prisa, como te desconozco solo en un abrir y cerrar de
ojos. No al compromiso es la pancarta más rápido elevada. No a repetir la
honestidad, porque conmigo no lo han sido. No a lo que es bondad porque no sirve
para nada. Llamar la justicia es solo cuestión de poder y que me cuestionen por
ella, es algo a lo que no voy a responder. Lo que no se contempla, es que deja
mejores resultados lo que alegra al alma, son menores los esfuerzos generando gratas y altas satisfacciones.
El secreto más fácil de todos los secretos está
en tus adentros. ¿Qué tienes para dar? ¿Con qué intención lo viertes? ¿Acaso lo
das porque eres o sólo son tus intereses? El secreto más fácil está en ser
honesto con ese yo que nadie ve y en consecuencia bien mostrarlo. Ese yo lleno de
cosas que le regalan una imperfección perfecta, perfectible por demás. Está en
lo que quiero desde el mejor ideal, en lo que realmente deseo en pro del
bienestar en toda la extensión de esa palabra, incluso, desde lo que no quiero y
se cómo expresar. En saber diferenciar lo tangible de lo etéreo. Ver el color
del entorno y considerarlo satisfactorio, aún solo siendo blanco y negro; saber
mirar los cielos. Reconocer que de primavera no se pasa al invierno, aunque así
lo estemos viviendo, aunque hoy el otoño se vive en el verano y sin siquiera
tener noción del tiempo. Todos somos espejo. No hay porque velar por ver tu
dolor en el otro.
Dejarte amar hoy es un reto, al que quedas
invitado, no sólo le acariciaría el placer a la elaborada complejidad que eres
le agradaría en su entero. Revelemos el secreto, exhibiendo lo que es eterno…
Muy cierto
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