Lo muy simple… Scarlett Lugo, M.A.

Lo muy simple…
Scarlett Lugo, M.A.

      El siglo XXI ha traído consigo novedades importantes, desde el desarrollo de la tecnología de punta, la incursión de jóvenes en el estudio de mecatrónica, robótica, el desarrollo de la informática aplicada a diversas áreas, tales como medicina, agropecuaria, turismo y otras tanta, hasta la necesidad de volver a recordar la valiosa humanidad de quien ejerce el desarrollo de la cognición en cada una de las áreas antes mencionadas, y todas las implícitas. Según se modifica la población mundial, así mismo todos aspectos donde esta debe desarrollarse, y es justo esto, lo que permite la génesis del concepto desarrollo sostenible, bien vivir con lo que se tiene, fortaleciéndolo con el cuidado, y procurar que los que lleguen puedan disfrutar de ello. Más, en las siembras, también crecen los gusanos.

     Mientras esto acontece, la ensimismación del ser humano, está limitando las conductas que se amparan en los buenos valores, y deseos que antes no cruzaban por algunas mentes, son las noticias de primera plana de muchos periódicos. Ha crecido con este siglo, el desenfreno y la pérdida de la moral, el dejar de lado la ética, el invalidar la justicia. Ha crecido el sistema comunicacional inadecuado, comportamiento inusual, violencia como marco referencial, autocontrol desconocido, razonamiento lógico limitado, capacidad de análisis menguada, objetividad frustrada, la superposición de los intereses antes que el valor humano, el mal manejo del tiempo y de los tiempos. Depravación de ideales, desbordamiento de lo deshonesto. Han crecido con las nuevas generaciones, el poco cumplimiento, la excusa perfecta de los límites de recursos y la inacción de quienes pueden, aún sea con un simple movimiento. Lo peor, el quiebre casi total del pilar de la sociedad.  

     Es penoso, que lo que se presumen más inteligentes son quienes más sufren, son los más envueltos en las soledades internas y externas, por no saber manejar el cómo se sienten, el buscar y no encontrar, el recibir y no saber cómo dar. Es penoso que hoy, es más evidente la fácil salida, la tristeza desmesurada, las falsas alegrías, las culpas acumuladas,  la presencia tardía y la ausencia inminente. Que hoy sea una alarma el sentirse contento y complacido; satisfecho, por demás. Es penoso que la escucha sea difícilmente activa, y que se pase por alto las simplezas de lo bueno, que siempre serán mayores que los momentos de descontento. Igual, todavía queda tiempo, Fluye, mientras puedas, saborea de ti cada intento. Ama, siendo Dios el primero y a ti como un hermoso espejo.  Respira.  Mientras vivas, hay solución. Reconócete como mecedor de tus logros y de tus fracasos, y a los últimos, solo míralos como entrenamiento de perfección. Mírate y vívete como digno, y desde ahí, llega a donde quieres llegar. Ríe, a son de libertad.