Estelas extrañas…
Scarlett Lugo, M. A.

  

…No todos comprenden lo que pasa en el muy íntimo yo. Los carros, ideados como transportes, diseñados a favor de los gustos de los adquirientes, también son armas. Las piedras, materia mineral dura y de estructura compacta que constituye las rocas, porque en su pequeñez juntas las forman, también serían armas; las flores, de colores diversos y así su contextura, tienen espinas en sus tallos, y no todas son aptas para que se puedan oler.

 No muchos logran conocer todo lo que tocan, miran, utilizan, sienten, internalizan, lo que subyace en su ser, los motivos más oscuros y los muy claros que no ven, los que en sus sueños se revelan, aunque en su realidad y consciencia, pudieran hasta negar… Hay quienes, usan muchas cosas en un día, y de pocas de ellas pueden hablar. No pueden desarrollar un simple pensamiento  tenaz, una conversación detallada de lo que tienen entre manos, y ni decir de lo que en su adentro hay. ¡Oh, cuánta gente varada en sus estelas extrañas! ¡Cuántos seres idiotizados en sus propios porqués! Y eso, también podría ser un arma. Letal o no, dependerá del actor. Trascendental o no, dependerá de lo que represente para quien está viviendo o ya vivió. A la larga, fue ese ser quien sufrió. Su estela, no tiene porqué ser la tuya. Su risa y su llanto, no tiene porque ser el tuyo. Su insignia, a menos que sea positiva, no tiene que ser la tuya, y si negativa fuere, creo que algo te enseña, no necesariamente para que lo repitas, explota tu iniciativa; El pequeño guión que se llama vida, es y será tan corto o tan largo como Dios, o el destino o quien tú creas, así te lo permita. Ahora, que sea bien vivido, no depende de nadie más. Y eso también es un arma.

 Algunos otros, suelen decir que el amar es vivir, que la risa es vivir, hay quienes lo pasan por alto, se pierden de usar muy buenas armas, y más, si es un amor y/o una risa silenciosa y callada, o estruendosa y fulgurante, -eso es lo que menos importa, ahora- Se ensimisman en un esquema mental del que no quieren salir a ver qué hay del otro lado. Quizás, se excusarán diciendo: ¨es que soy así; soy lo que ves¨ -te respeto la excusa, escudo o justificación-, puede que lo que se vea, no es lo que entiendas; mientras resuelves ese dilema, en el que todos caemos en algún momento, te invito a enarbolar la estela de la dignidad, de desde tu dignidad debe brillar.