Dignidad y distancia Scarlett Lugo, M. A.

 


 Dignidad y distancia
Scarlett Lugo, M. A.

     Una de las virtudes que surge en la quinta etapa de la teoría psicosocial de Erick Erickson, se hace eco hoy día, es la identidad.  En un análisis general de un grupo etáreo en el que se encuentran muchos, quizás entre ellos el lector, se podrá evidenciar que las incidencias culturales, sociales, económicas y muy marcadamente, emocionales imprimen huellas indelebles en todos los vivientes. Mucho se habla de lo que es la identidad, y de cómo se define quien vive, pero, hasta donde esta dicha palabra definida frente a uno mismo.

     El conocer su yo, saberse definido, con metas claras, nortes establecidos, buenos logros, relaciones sociales sólidas, una familia estable así como la manutención económica y la relación empática con un grupo de iguales, no necesariamente por razones de edad, sino también de credo, ideologías, paradigmas y hasta religión, es lo que aporta plusvalía a la definición de dignidad que arropa a todo ser humano. Lo antes dicho, no le resta nada a que, aún la persona careciendo de todo lo antepuesto en líneas anteriores, pueda y tenga que ser visto y considerado como digno. En una u otra posición, se hace distancia. Estamentos de rangos elevados, entre ellos el Mayor, una vez fijan posturas, definen que todo ser humano, por el simple hecho de serlo, es digno, valioso.

     `Interna o externa, visible o no, la distancia, una acción que es cometida por un muy alto porcentaje de los seres humanos, en diversas ocasiones de su vivir, para bien o para mal. El por qué de ella, dependerá del momento mismo que se vive, y de que tan definida esta en el viviente la virtud arriba mencionada.  Impacta a quien actúa y a su todo mediato e inmediato. Todos la comenten y su sombra no es excepción. Todos hacen de la distancia un vestido semitransparente que casi imperceptiblemente, evita que se logre despertar del ensimismamiento en que suele encerrar. Necesario es que cada cierto espacio de tiempo, se haga una parada de aliento. ¿Valdrá la pena establecerla en mis días?¿Cuántas distancias ha hecho hoy?

     Inhale, Exhale. Es un ejercicio simple. Regálese la oportunidad de volverse a encontrar, y rescatar lo que considera como bello, desde cerrar los ojos y mirarse por dentro, hasta contemplar el inmenso cielo con ojo clínico escrutor, sanar al alma aunque suene con gran eco; y solo así, podrá sanar algunos tiempos.

 

Comentarios

  1. Valioso contenido gracias por compartirlo, muchos sacamos provecho... Necesitamos ese recordatorio de hacer un alto girar 369°,evaluar nuestro accionar..corregir... Y seguir adelante.. vamos, vive, fluye...

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  2. Muchas gracias por socializar este importante escrito. Bendiciones

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Gracias por sus comentarios! DTB

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