Convicción
y sinsabores
Scarlett Lugo, M. A.
Los
humanos hacemos nuestro desarrollo según vamos cumpliendo años, desde la óptica
más simple. Crecemos, y cursamos todo un derrotero que desconocemos, pero al
que nos vamos ajustando en la medida que hacemos ese análisis de saberes que
afianzaremos o descartaremos según la seguridad que se tiene de la verdad o
certeza de lo que piensa o siente, misma que es considerada buena y válida en
nuestro interior, evidenciada a lo externo, y que no necesariamente, es
ajustada a los cánones reales (Dios, valores)…
La
convicción que se puede tener sobre los saberes de vida, nos permitirán hacer
buenas y malas elecciones, sin embargo, no estamos exentos de sufrir culpa por cuanto,
la decisión tomada puede estar contraria a lo que la mayoría entiende que yo
debo hacer. Existen estándares altos que nuestra sociedad de alguna manera ha
impuesto y quien por alguna razón puede no acogerlos o vivirlos entonces es un
insurrecto. Incursiona en un masoquismo moral, cauterizador por demás, el cual
está relacionado con el sentimiento de culpa inconsciente. Si el ser humano
hace algo que siente censurable, sufrirá remordimientos conscientes y culpa
inconsciente, que lo empujan a ser castigado, a espiar, o a destruirse, no tan
sólo con la vida sexual o con las perversiones, sino que también y muy
notoriamente, ligado a rasgos de carácter, excentricidades y formas de
comportamiento. Siempre se eligirá.
Hay
ciertos sin sabores que realmente son acarreados por nuestras propias
decisiones, sin ánimos de caer en absolutismos. La pregunta sería, ¿Qué tan
honesto soy para asumir la responsabilidad de enfrentar, o resolver, las
consecuencias que he provocado y ser totalmente libre de la culpabilidad
inconsciente? ¿Por qué mis convicciones no pueden ser sometidas al escrutinio
propio con fines modificables a fin de ver en mi yo la mejor de las versiones,
y consecuentemente, vivir? ¿Qué tan dispuesto estoy de hacerme justicia?
Todo lo
que gire en torno a las convicciones preconcebidas, que pueden ser revisadas y
así, evitar con los ligeros cambios que los sinsabores sean más, y hasta
quizás, erradicarlos, es necesario en los vivientes, para que la libertad sea
más evidente, las sonrisas sean más notorias y los lutos dejen de ser. La
humanidad es totalmente libre de elegir lo que bien entienda, más, en esa misma
dirección debe recordar siempre que toda consecuencia de cada una de sus
elecciones, será la cuota a pagar de lo que de ahí se desprenda ya sea en menos
o en más.
hay mi madre salvanos señor
ResponderBorrarMuy buena reflexión
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