Locomotora en marcha… Scarlett Lugo, M.A.
Locomotora en marcha…
Scarlett
Lugo, M.A.
Todos los lugares habitados por seres humanos,
tiene uno (para evitar exageraciones) cuyo pensamiento está tan rápido como una
locomotora en marcha. Ejercen una actividad que todos hacen, muchos creen saber
hacerla, y otros sólo se mofan de ella, pero lo hacen al revés. Y es que
pensar, es una de las actividades más delicadas de muchas. Es el producto de
internalizar la información que entra al humano a través de los sentidos, y que
una vez procesada, a través de la atención, la percepción, se aprende, se
vuelve lenguaje, puede terminar complicándose en positivo o negativo con emociones, sentimientos, responsabilidades
ejercidas con eficacia o de manera contraria, motivado o no para que sea bueno
o malo, memorizado para volverlo a repetir o desecharlo en primer plano A
veces, producto del miedo, como emoción primigenia del hombre, por solo
mencionar alguna.
Cuenta la historia que la locomotora, o
ferrocarril data del siglo XVI cuando a mineros alemanes se les ocurrió
agilizar sus pasos, y cargar pesados metales, herramientas, tierra y demás, a
la hora de trabajar subterraneamente. Resulta, que luego de que varios
intelectos se manifestaran en el tiempo, Richard Trevithic en 1771, un año
después de que Watt descubriera la máquina de Vapor, crea un ferrocarril
potente para transportar pasajeros. George Stephenson, a la altura de 1825 usa
su inteligencia y hace una combinación perfecta a causa de una necesidad:
mezcla un motor, el vapor, y los rieles, 35 diligencias (que era un carruaje
que transportaba personas de una ciudad a otra movida por caballos), 400
personas que iban en 20 carrosas, y seis
vagones cargados de carbón y hierro, a
una velocidad extrema para la época, logrando con ello, ahorro de tiempo,
evitación de carga en animales u hombro humano, movilidad oportuna y rápida,
conexión con otros lugares y en última instancia, quizás, dinamizar dinero. Se
cuenta que todos los que abordaron ese tren, tenían su billete. La velocidad de
una locomotora en marcha es alta. Muy alta. Para 1938, se logró el record de
202,58km/h. Comparativamente, lo que
piensan los seres humanos de ayer, de hoy y los de mañana, no es casualidad, es
causalidad. Lo que se ve se ha hecho de lo que no se veía. Así mismo son generados
los pensamientos en el cerebro por pulsiones nerviosas transmitidas por las
neuronas de manera adecuada, en condiciones anormales, saque usted sus
conclusiones.
Se recomienda, que cuando por
alguna razón un Homo Sapiens logre detectar en si mismo que sus pensamientos están como
un tren, sin freno por demás, primero
llame al Soberano, si no lo conoce, que se conecte con su creación (el siempre
estará ahí) que haga algo que le genere paz, que le guste y que pueda encontrar
y organizar lo que detona ese desenfreno mental. Todo tiene un orden, y las
razones por la que muchos pensamientos se apoderan de forma que puedan dominar,
son todas provocadas por si. En consecuencia, a lo interno están las
respuestas. A lo interno está lo que no se ve que propicia un producto
terminado. Una conducta lograda. A lo interno está el evitar o no que los
pensamientos dominen. En ocasiones, necesitamos quien nos ayude a saber buscar.
Medita en eso.
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