Historias… Scarlett Lugo, M. A.
Historias…
Scarlett
Lugo, M. A.
Ummm… y fue que escuché esa canción.
Ummm… volví a percibir ese olor; el color que más usas, ese estilo peculiar. Esa forma unica que me atrapo y me hizo volver a mirar... Y resulta que, hasta logré sonreír.
Muchos en algún momento de sus días han logrado elucubrar así. Todos tenemos
una historia que es agradable a nuestro ser o desagradable por demás. Si bien,
en el sentido inclinado al amor, o a lo que muchos así le llaman, también, las
inclinadas a las grandes decepciones, desvaloraciones, traiciones, desdenes,
logros, autorrealizaciones, desafíos cumplidos, retos no logrados, batallas
iniciadas, guerras por ganar, esquemas entendidos como necesarios, otros como
que están de más -Agréguele lo que guste-. Todas, en algún momento, saldrán a flote, para
ser contadas a un tercero que nada tiene que ver ni con el tiempo ni con el
contexto, mucho menos con el texto real en que acontecieron.
Las historias se cuentan, con un sin número de razones. Las más usuales,
cuando se parangonan situaciones y cuando se mencionan con fines de que eso que
paso ayer no se vuelvan a repetir. Entran en juego un sin número de variables
que, inconscientemente cumplimos con leyes que se mantienen vigentes y latentes.
Los psicólogos que trabajan la sistémica familiar, hablan mucho de las
lealtades invisibles. Hablan de las repeticiones de patrones que están impregnados
en los individuos que… repiten historias. … y las cuentan…
Se suelen contar con nostalgia, con alegría, con destellantes
ilustraciones, con dolor, con quiebres de voz, con dejos de suspicacia, con
dejos de tenacidad. Con sabidurías, para que quien escuche aprenda, con
advertencias para que no cometas el error. Las cuantas, y vives, mueres. Resucitas,
sientes. Oohhh, cuanto sientes…. Siempre que tengan que ver con el pensamiento
inicial. Se vuelve a vivir. Y hasta se vuelve a morir.
Los desmanes de la vida, son solo parte del proceso. Solo tienes que
vivir para poder compartir las historias que en ti albergas. Y asi … volver a vivir, para contar, además de
esa experiencia pasada, las elucubraciones que te regala el momento como prueba
superada. Contar, además de ellas, las enseñanzas logradas, tanto buenas como
malas, y volver a contar, con alta satisfacción, vergüenza o desamor, lo que
ayer te regalo un recuerdo en tu memoria.
Excelente escrito! Bendiciones
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