Lo que quieres escuchar... Scarlett Lugo, M. A.


Lo que quieres escuchar...
Scarlett Lugo, M. A.


Las palabras de los sabios son como aguijones...

En algún momento te diriges a alguien que se considera como tal. Le preguntas, más, no necesariamente te sientes cómodo con las respuestas que éste te da. Casi siempre, vas con la predisposición de escuchar lo que quieres, casi siempre, vas buscando la aprobación, que casi siempre, es la esperada; y cuando recibes la contraria, para ti y tu intención, simplemente decides que no es la mejor. Entonces, ¿para qué pierdes el tiempo?

Cuando lo antes expuesto acontece, es por que en el corazón ha nacido una inquietud que desea ser satisfecha, manifiesta, materializada. Cuando el pensamiento es sometido a escrutinio sobre una acción X, entonces genera ansiedad, por cuanto ese pensamiento X, se quiere materializar. Se quiere hacer. Se medita, se calcula, se da vueltas, se proyecta, se madura... otras veces, no se piensa mucho, solo se hace. Pero, si es algo que se sabe se pudiera cuestionar, se busca la manera de meditarlo. Si fue una acción ya realizada, entonces, lo que se busca es la aprobación de quien se entiende como capaz para ello.

De todo eso, lo que si llega de manera vertical es que: Siempre se busca lo que se quiere escuchar, no siempre se desea que eso repercuta en contrario en la decisión por tomar o decisión tomada. Se cree que, las elecciones realizadas por cada ser, dependen de su idiosincrasia misma. Es una de las razones por la que mayormente repelemos a Dios, a sabiendas de que no debe ser.

Los bebes, en su forma de comunicarse, al llorar, quieren escuchar la respuesta inmediata de quien tiene la potestad de tranquilizarles. Los niños, cuando quieren un permiso, te lo piden de mil formas, hasta agotar su última herramienta que es la petición, a expensas de que les puede venir un no, cuando lo que anhelan es un si. Los adolescentes, se arriesgan a hacer todo cuanto puedan para logar el favor. Y cuando no reciben lo que quieren, ¡oh mi Gran Dios, que decepción!, los jóvenes adultos, ya son un poco mas cocientes de los caminos elegidos, a veces hasta poco suelen consultar, pero, necesitan aprobación, tienen inseguridad; los adultos entonces pasan revista a todo lo que eligieron, y los ya muy avanzados, entonces, sentencian con aguijones de avispa, porque lo que querían escuchar, no fue lo que recibieron, y la experiencia les hizo reconocer que aunque no les gusto en el momento, eso fue lo mejor. Así lo multiplican. Este es el devenir de los días.

Cuando te acercas en busca de lo que quieres escuchar, estas expuesto en un alto por ciento a que la decepción te acompañe. Se hace necesario aprender a escuchar el silencio, escuchar aquello que con palabra no se ha dicho, para así tener la capacidad de juzgar que lo que querías escuchar, con la intención de aprobación a lo que en tus adentros sabes que no es correcto, no era el mejor camino.







Comentarios

  1. Si muy cierto..muchas veces queremos que nos digan lo que queremos escuchar.....y no aceptar que estamos mal...o que no lo podemos hacer...y quedamos en la truste fantasia....hasta que nos bajan de ahi con la.realidad😞😌

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  2. Muchas veces cuando no escuchamos aquello que tanto anhelamos, nos hacemos víctimas de una gran fustracion...

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Gracias por sus comentarios! DTB

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