Y luego, bajas la cabeza... Scarlett Lugo, M.A.
...Y
luego, bajas la cabeza...
Scarlett
Lugo, M.A.
La
toma de decisiones es una de las acciones de la voluntad humana. La
necesidad de la vida en sociedad es imperante en ciertos aspectos,
sin embargo, el no tener una determinación como persona, el
abandonar nuestros pensamientos a las influencias muy internas y del
resto, restan la potestad de hacer buenas elecciones.
En
la formación de lo que somos, alma, espíritu y cuerpo, encontramos
que las emociones y designios de nuestra voluntad se encuentran
radicadas en nuestros corazones,
porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos
pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, las
avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, las
maledicencias, la soberbia y la insensatez. Todas las maldades de
adentro salen y contaminan al hombre. Sin
embargo, aunque así sea, tenemos
capacidad de elección.
Todas
las intenciones se vivifican allí,
en ese pequeño músculo lleno de tubos raros que, a simple vista no
es tan uniforme como lo dibuja un enamorado,
y la razón entonces la da forma, concibe
en sus pequeñas fibrillas la intención a hacer, no hacer.
Las exporta. Las deja en evidencia.
Todo
el que hace vida, hace historia. Buena, mala, a favor o en contra,
cuestionable o no cuestionable, todos quedamos sin ropas en
determinado momento. Por
eso es que las noticias, redes sociales, periódicos, y todo medio de
comunicación existente, multiplican cada una de las intenciones de
los escribientes. Lo
lamentable es, que después de una decisión tomada, se tiende a
bajar la cabeza, a querer tapar el sol con un dedo. A buscar la
manera de callar al que sólo repite lo que esta viendo. ¿Por
qué no antes, meditar?
De
ti, de mi, de todo el que como yo, o como tu se queja, se enamora, se
divierte, se entristece, se olvida de lo establecido, se tuerce y se
retuerce, es
el hacer elección de nuestros pasos, para que una vez se
comience a caminar, la cabeza no tener que bajar.
Eliges
y
rechazas,
miras
y callas, das y recibes y
eso, en algún momento se revierte. Se utiliza en tu contra, de
acuerdo del lado que te encuentres, victima o victimario… y todo lo
que puedas pensar. Dueño siempre serás de lo que callan tus labios,
y esclavo de lo que dices alegre… y vuelvo a usar un refrán.
Es
que a pesar de lo antes dicho, la
voluntad humana no es libre, sino determinada, la responsabilidad en
consecuencia no es moral, sino jurídica, social o legal. Así
dijeron los positivistas en Italia, cuando se buscaba la forma de
condenar, la decisión que fue tomada.
es asi.Amarilis Diaz
ResponderBorrarLa manera en la que pensamos y cómo actuamos en el presente se convertirá en nuestro juez y abogado en el futuro.
ResponderBorrarSi muy cierto. Somos responsables de nuestras decisiones.
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