Teoría de la crisis y los niños huérfanos a raíz de feminicidio-suicidio

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Teoría de la crisis y los niños huérfanos a raíz de feminicidio-suicidio.  

 Scarlett Lugo, M.A.

Considerar la forma en cómo los adultos translaboran una situación de crisis, todavía hoy es un rompecabezas al que Caplan, Horowitz, Lazarus y otros, le han proporcionado marcos referenciales de posibles formas de solución. Ellos y los que le han seguido, a lo muy interno de sus subconscientes nos dejan ver que las mismas nunca se superan al grado de que no paso nada, sino, que se aminora la situación amenazante y se aprende a vivir con eso. Uno de los muchos casos que generan crisis, es la muerte. La misma, aun siendo parte esencial del ciclo vital, nos deja una huella garrafal en nuestro ser. El grado significativo dado por el individuo a la persona que se nos fue del lado o nos quitaron, será importante a la hora de determinar, que tan  largo será el tiempo para lograr asimilar esa pérdida.

En el caso de los niños y adolescentes, es mucho más crucial el enfoque de la teoría de la crisis, por cuanto, además de cruzar por las crisis vitales, en este caso, se ven inmersos en crisis circunstancial cuando ocurre feminicidio-suicidio, porque, mientras unos son más abiertos al tratar de asimilar lo que está aconteciendo a su derredor, otros, se limitarán a obedecer lo que el familiar más cercano, en quien se apoye, le manifieste, hasta que llegue el momento en que pueda entenderlo. Todos los niños desean despertar y ver a sus padres juntos como una familia feliz. Eso es lo ideal.

Con el paso de los años, y la pérdida de valores y de amor propio, amor al prójimo, se pone en boga el tema del feminicidio, la mayoría de ellos, también  con la muerte de aquel que mató. (Suicidio).  De este ultimo mucho se ha escrito. Cuando el animus necandi se apodera del ser, solo ejecuta el mandato que tiene en su mente, al grado, que en muchas ocasiones, no sólo elimina a su blanco identificado, sino también que se elimina así mismo como antes se dijera. Premeditación, alevosía, como en derecho se diría, son elementos que quedan implícitos en dicho acto tan aberrante.

 Y de los niños ¿Qué?

Estos quedan como el producto de una producción malograda por personas de mentes limitadas que, desde sus orígenes presentaron indicios de malestares que no fueron atendidos. La sociedad, también marcada por dicha situación, nunca evita olvidar el hecho, y en la medida que ellos crecen, siempre habrá alguien que diga, ese es hijo, o hija de la que mató su marido, o exmarido. Esa crisis, nunca se supera. Se aprende a vivir con ella. Los estigmatiza, los lesiona emocional, moralmente. Los limita, los margina. Los somete al grupo de los rechazados sociales, aunque logren superarse y darle a entender a terceros que ellos sí pudieron vivir con eso. Sumado a esto, pueden considerarse culpables. Se les culpa de situaciones que ellos no pidieron.

 Son rechazados por parte de la familia de la víctima, la madre de estos, la mujer que mató su padre, o aquel que hizo vida con ella. Y comienzan las muchas preguntas, la mayoría sin  respuestas. En el caso de que fuera su padre, rechazo de aquellos que entienden que, esa mujer se lo buscó, o cualquier otra razón que pueda ser emitida. La culpa, la angustia, el desamor, se agarran todas de la mano y se mantienen haciendo sombra a estos seres en formación.

 ¿Cómo van creciendo? Fríos, secos. Con sonrisas esporádicas, efímeras por demás, hasta que vuelven a recordar su tristeza guardada. Marcados por una pesadilla de la que nunca terminarán de despertar. Apáticos, retraídos, ajenos al significado que muchos le dan a la felicidad. Quizás, con sentimientos mal sanos. Con escasas excepciones. Esto es, sólo un tal vez. El futuro es incierto. Son tantas las variables para analizar, que aquí no cabrían.

Dawin, dijo que las especies se adaptan, Freud habló de la reducción de la tensión fundamentada en los impulsos sexuales y agresivos que luego fue contrarrestada por la  motivación y realización, qué nos impulsa a lograr que no todo sea tan gris, según lo aquí tratado, según Rogers y Maslow. No obstante a todo esto, siempre hay brazos dispuestos a arropar a quien lo necesita. Siempre surge el don más grande, del cual se refirió Pablo cuando escribía su sermón. Siempre habrá alguien que ame y llene los espacios vacíos que existen en esos seres que quedan flotando.

Todavía se cree que no todo está perdido. La solución de conflictos, presenta varias salidas. Se  plantea el uso de políticas públicas ejecutables a los fines de que las mismas situaciones no se sigan dando curso. La psicología plantea que la conducta, cuando se ve torcida, si es que envía señales (casi siempre lo hace), se trate de modificar con tiempo; la sociología plantea que lo espontaneo del hombre es una situación de masas y costumbres ya arraigadas. La educación entiende que se debe volver a los  valores. Todos coinciden en el punto de que se debe volver al amor. Y por vía de consecuencias, se debe volver a Dios, porque Dios es el amor.