Creo que nunca nos hemos amado
Creo que nunca nos hemos amado
BIENVENIDA
SCARLETT LUGO SANTOS, M. A.
Cuando vamos
viviendo, evolucionamos. Crecemos.
Los científicos
y estudiosos sostienen que dicho desarrollo debe cumplir un estándar. Evidente es,
que se impone la individualidad de cada ser. Más, se presume que todos debemos
cumplir las etapas del desarrollo del ciclo vital.
Llega un
momento en que, de acuerdo a la etapa en que vives, te detienes. Observas tu
derredor y logras ver el mundo varado, sin movimiento, sin razón de ser, sin
sentido. Y es un momento de muchos, te aseguro, que es sólo un momento de
muchos.
Resulta que,
al observar exhaustivamente, logras ver.
Hasta determinas, y calificas; casi nunca con buena nota. El cumplimiento de lo
que se ha establecido, es notorio. Lo que hace mucho se dijera es evidente. Hoy
reina el desconcierto, la desidia, la maldad, la mala vida, el desamor. Ahora bien
¿Qué estamos haciendo para evitar que la podredumbre social no llegue a
nuestros entornos más cercanos? ¿Acaso soy un colaborador más de lo que esta
pasando en mi sociedad?
Es notorio que
ya mamá y papá se han desligado de la buena crianza. Se olvidaron de los tiempos
en cuando con los ojos se hablaba y se corregía a los niños. Se han olvidado de
que el amor a la sociedad, a la patria, al entorno, al habitad debe mantenerse,
y sobre todo, se han olvidado de que todo esto, ellos lo aprendieron. Ya no lo están
transmitiendo.
Las normas, y
los valores cambian con el tiempo. Eso alguna vez me dijeron. ¿Qué estamos haciendo
para evitarlo? ¿Cómo es que nos hemos dejado envolver en la transculturación,
la degradación de la sociedad, la aceptación de todo como bueno y válido? Es tiempo
de reflexionar. ¿Qué es lo que estamos dejando? ¿Hasta donde vamos a llegar?
Por las
noticias que se hacen públicas, -mas son las que no logran eso-, a la hora de
determinar, analizar con nuestro propio criterio, no sabemos a quien culpar. Es
que todos somos tan culpables como los envueltos en hechos aberrantes. Y aún,
los hechos que así no se consideran, nos salpican de su hediondo contenido. Nótese, que a todo se le da un matiz distinto,
porque nadie quiere asumir su responsabilidad.
La moralidad,
la espiritualidad, la verdadera bonanza, lo que te encamina al bien, es muy
blando para yo darlo. Eso es lo que mas rápido se dice. Sin embargo, a eso se
debe retornar. Cambiar el concepto que se tiene de cada uno de esos tópicos, y
sobre todo, recordar lo antes dicho por Cristo:
“Amarás al señor
tu Dios, con todo tu corazón, y con toda tu mente, y con toda tu alma” y “Amarás
a tu prójimo como a Ti mismo”
Nos hemos
dejado de amar. Creo que nunca nos hemos amado...
Muy profunda
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