Felicitar...te

                                                  

Felicitar…te

Cada  año que pasa nos sentimos más identificados con nuestros días. Para muchos el cumplir un año más de vida es una gloria, para otros es toda una desgracia. Y es que nos vemos envueltos en el dilema del vaso, cómo es que lo vemos, medio lleno o medio vacio. No lo se, eso depende de quien ve.

El ciclo vital encierra un tiempo que sólo es determinado por Dios. Sin embargo, decidir vivirlo, llorarlo, saborearlo, disfrutarlo en toda la extensión de la palabra, es simplemente eso, una decisión.  Decidir cómo me siento al recibir tantas veces la misma palabra, Felicidades, es simplemente eso, una decisión.

Más, decidir, qué he de hacer en el ahora, en el futuro, cómo he de vivir el año al que estoy entrando, hacer una retrospectiva y proponerme mejorar lo que ya pasó, pensar en lo que necesito hacer, en lo que puedo hacer y en lo que tengo que hacer en este nuevo momento de vida, ya no es una simple decisión. Deja de ser simple, para convertirse en proyecto…  Y es que, en la medida que más años se cumplen, la vida se torna más fuerte, más exigente o más trivial para algunos. Aquí vuelves a decidir. ¿Qué es lo que quieres ahora? ¿Cuál es el paso siguiente?

Todos los cumpleaños, leerás, oirás, verás, la palabra felicidades de personas que permanecen, y de otras personas que ya no están. Muchas motivadas a decirlo porque es el momento, otras, por que lo mereces, otras, porque simplemente, no quieren dejar de hacerlo, otras porque realmente lo sienten. Sin embargo, la misma te lleva a pensar, a pasar balance muchas veces, de quién viene, por qué viene y qué he de hacer con esos deseos.

No es que quiero ser aguafiestas. No. Solo detente a pensar. Junta todas las felicidades a ti dadas en un día como hoy, multiplícalas por la cantidad más alta, y prohíbete a ti que me lees, claudicar en algún momento del desarrollo de este nuevo año de vida. Y es que cada deseo de tus amigos, conocidos, aceptados, o ser querido, es un gran compromiso.

De mi parte, me uno a todos ellos. Más, no solo te digo felicidades, me voy un poco más lejos. Hago de Dios mi cómplice. Jehová te bendiga y te guarde; haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro y ponga en ti paz. MEDITA en esto.

Son mis más sinceros deseos… Sólo para variar.

Scarlett Lugo