Cuando lo intangible es mal tocado
Cuando lo intangible es mal tocado
Y resulta que
mientras vamos creciendo, nos vamos enrolando en el devenir de los días, y
vamos adquiriendo los conocimientos que nos permiten perfeccionar ese
desarrollo. Y es que en el mismo, nos encontramos con que hay un paquete de
cosas que no se tocan, pero que nos son enseñadas como vitales para que el
desarrollo que llevamos sea mejor del esperado: Los valores.
Podemos mencionar
una gran lista de ellos, y siempre entenderemos que el más grande es el amor. No
se toca, se siente, se manifiesta, se vive, se entrega y se recibe, se oferta y
se demanda, se percibe, y se niega. En todo lo que hacemos existe un manifiesto
de él, y una carencia de él. Por su presencia, damos, recibimos, dejamos de
recibir… no todos lo dan, o lo expresan de la manera correcta o de la misma
manera, más, si todos de alguna forma lo manifiesta.
La justicia[1],
este es un tanto exigente. Se aprende muchas veces después de que estamos
grandecitos para asimilar de qué se trata, y lo vemos mejor desde el ámbito de
las leyes. Sin embargo, desde nuestros primero pasos, estamos viendo, viviendo
y demandando la justicia. Desde el roce con mis hermanos, el roce con mis
padres hasta el roce que mis congéneres en el exterior de mi hogar, veo el
desarrollo de ella. Nos embarga de insatisfacción cuando entendemos que nos ha
sido vulnerada. Es bidireccional como muchos de los demás.
La dignidad[2], contemplada
incluso en nuestra carta magna, Constitución de la República Dominicana, la
reconoce como una de los derechos fundamentales. Y esta, es quizás una de las últimas
en hacer este reconocimiento, pues, ella se desprende lo que es la carta
universal de los derechos humanos. Ahí, podemos ver, entre muchos, la
susodicha. Más, ¿cómo la hemos asumido nosotros mismos? ¿Qué tanto respetamos
la del otro?
Vida[3],
una palabra de difícil definición, que es el caparazón más grande que recoge
todo lo antes dicho, y lo que después hemos de decir. Ha causado mucho revuelo,
pues su inicio, biológicamente, todos lo reconocemos, empero, en determinado momento,
olvidamos su trasfondo, y muchos de los que vociferan a fuera por ella, son los
primeros que desde dentro la vulneran. ¿Cómo es que la hemos visto? ¿Qué es lo
que consideramos que es ella?
Honor[4],
respeto, lealtad, intimidad, integridad, libertad[5] ¡Oh
Dios! ¿Será cierto que existen? Son situaciones
intocables, que presumiblemente crecen
conmigo. Crecen contigo. Más, si no son bien aprendidos, ¿qué resultados
tendré?
Muchos hay que
mencionar. A todos hay que desempolvar. Le hemos echado tierra, queriéndolos erradicar.
Los hemos sacado de nuestras normas de convivencia. Convivimos irrespetándonos a
nosotros mismos.
Se hace
necesario, una reestructuración personal. Un grito desesperado se eleva en las
calles. Los hospitales, los tribunales, los centros comunitarios, los lugares
donde se presume debo recibir un trato como humano, están llenos de personas
que están con iguales o peores necesidades que tú, que yo.
Y es que hay
una caterva de documentación que nos dirige a que seamos mejores. Y cuando
buscamos, ¿Dónde esta la voluntad? ¿Por qué decidimos atropellar? ¿Por qué nos
avocamos a que lo que no se ve, sea tan maltratado?
El libro que
muchos consideran como fábulas e historietas, la Biblia, ya le dio una
respuesta. En sus líneas encontramos que por haberse multiplicado la maldad, el
amor de muchos se enfriará[6]. Y
es que el hacer maldad a los hombres es una diversión al insensato[7]…
Se ve manifiesta en todo tu caminar, ya hasta somos capaces de cometerla.
A lo bueno
llamaréis malo y a lo malo bueno[8]. La
corrupción, los embarazos en adolescentes, la desigualdad social, la pobreza,
insalubridad, falta de empleos, el incremento de los impuestos, la explotación al
conciudadano, la indolencia, la vileza, las malas conversaciones, la toma de
decisiones que solo favorecen a un grupo, la desintegración familiar, que lo
antinatural sea hoy bueno y válido, disensiones, malos negocios, engaños, malos
entendidos, chismes y contiendas, envidias, en fin, pasiones desenfrenadas[9] y que el otro se vaya a la mi… son de los
resultados que podemos tener cuando lo intangible es mal interpretado, cuando
lo que no se toca es mal tocado.
Que la unidad,
el amor propio, el amor hacia el prójimo, la paz, el sosiego, la convivencia
armoniosa y las buenas costumbres, reinen, no es cuestión de te quiero
encaminar a lo que dice la biblia. Son las reglas de vida que en ella ya están plasmadas,
que si ves los periódicos, las revistas, los grandes escritores, aún, a una
como yo, ahí las encontrarás, y son repetidas por todos. Buda, Mahoma, Martín Lutero,
Mahatma Magandhi, Martin Luther King, Papa Francisco, y muchos otros más, se hacen
eco de ello.
Todas las
cosas que queráis que hagan los hombres con nosotros, así también haced
vosotros con ellos[10]. Como
midas te medirán[11],
como toques lo intangible, bien o mal, así recibirás la respuesta, sin olvidar,
que los padres se comen las hojaldras y los hijos sufren la dentera. En muchos
casos pasa. Y cuando ya fui viejo, entonces dejé lo que era de niño. Ya no me
ciño, me ciñen, ya no me gobierno, me gobiernan, y recibiré, en la medida que
sembré…
Bienvenida Scarlett Lugo Santos.
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