Y apenas me entero.. Scarlett Lugo, M. A.

 

Y apenas me entero..
Scarlett Lugo, M. A.

      El todo del hombre es tan simple. El entenderlo es incierto. No hay porque querer que muchas cosas acontezcan, y sin razón alguna, entonces de ello se degusta. Si, generan ciertos placeres la forma en cómo se evidencian. Claro… siempre dependerá de los envueltos y de todos sus porqués en una cíclica dinámica que se puede romper…

    Entretanto, el se divierte mirando, haciendo, dejando de hacer, controlando su entorno, soñando con tener, encaminándose haciendo, manipulando, y si, hasta sufriendo por ello. Se deleita de diversas formas y más, cuando eso le genera una descarga oxitoxínica que le inclina hacia más. Desde el olor, hasta quedarse absorto al tenerle de frente. Desde el volver a vivir cuantas veces se recuerde. Ummm, es deleitoso ver eso, conocer cómo se revoluciona ese cuerpo. Y es que mientras el que ve está perplejo por el impacto recibido, su mudo lenguaje le desnuda delante aquel que sabe. Un suspiro. Un grito sordo. Un verdadero placer. Una mezcla de cansancio desarraigado con una bebida energizante que inesperadamente logra descontrolarle…A raíz de ello, entonces la toma de decisiones. “Hey mira, te quiero volver a ver. No sé cómo, pero lo haré”. De ahí en adelante, la cercanía, el escucharle, el quererle más cerca.… continúe usted la cuenta. Una mezolanza de preguntas de alarma que se generan en el que en esa posición se encuentra, y un grupo de recompensas que silencian a la necia habladora conciencia. Y ahora, ¿cómo callo lo ya dicho? ¿cómo he de ser entendido? ... ¡Oh, cuan grande son los dilemas! 

     Cobardía, vergüenza, ira, indecisión, y a la vez, necesidad, desasón, inquietud, satisfaccion, hay placer... "Y cuando cuando te logro ver" El torrente sanguíneo tiene tendencia a la activación. En toda esfera que lo haga, siempre trastorna el todo del simple incierto ya mencionado, y es que, el cómo se use la información dará buenos resultados según del lado que se esté. Igual, no hay mejor deleite que saber apreciar el arte que frente a los ojos se tiene. Nada mejor que el observar en silencio y que oculto se cree mantener. El cuerpo es un hablador perfecto y hay quienes lo saben leer.