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Mostrando las entradas de enero, 2022

Hablando justo de ti… Scarlett Lugo, M. A.

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  Hablando justo de ti… Scarlett Lugo, M. A. Una historia crece o decrece según se extiende el pequeño guión que se llama vida. Se hace mientras aún se respira. De ella sólo el viviente hablaría dejando que vibren todas las agonías, soledades, y muchas alegrías, de sus ocultas intimidades y de la interpretación que le dió a cada suspiro sin aire. Solo tú puedes decir lo que es cierto sobre todo eso. El cómo, cuándo, por qué, puede que a alguien ayude. Con el para quién, para qué y por dónde posiblemente, te logres entender.   Tu, un ser extraordinario, cargado de talentos, virtudes intocables y muy tangibles a la vez. Alguien a quien debes amar, cuidar y respetar, eres una mezcla perfecta de imperfecciones que como resultado lleva tu nombre. Eres aquel a quien al definir solo me resta decir, oh cuán digno eres! Tal vez no te lo creas, quizás nunca te has mirado a ti mismo. Hoy me hago eco de la perspectiva que veo, no necesariamente de la verdad. Me encanta lo que se escucha, bue

Estelas extrañas… Scarlett Lugo, M. A.

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  Estelas extrañas… Scarlett Lugo, M. A.     …No todos comprenden lo que pasa en el muy íntimo yo. Los carros, ideados como transportes, diseñados a favor de los gustos de los adquirientes, también son armas. Las piedras, materia mineral dura y de estructura compacta que constituye las rocas, porque en su pequeñez juntas las forman, también serían armas; las flores, de colores diversos y así su contextura, tienen espinas en sus tallos, y no todas son aptas para que se puedan oler.   No muchos logran conocer todo lo que tocan, miran, utilizan, sienten, internalizan, lo que subyace en su ser, los motivos más oscuros y los muy claros que no ven, los que en sus sueños se revelan, aunque en su realidad y consciencia, pudieran hasta negar… Hay quienes, usan muchas cosas en un día, y de pocas de ellas pueden hablar. No pueden desarrollar un simple pensamiento  tenaz, una conversación detallada de lo que tienen entre manos, y ni decir de lo que en su adentro hay. ¡ Oh, cuánta gente varad